Este proyecto pretende profundizar en la historia del poder en la Edad Media hispana, desde la perspectiva de su plasmación espacial y considerando la escritura como un instrumento de su desarrollo y ejercicio. El estudio se centra en los siglos XI-XIV, un marco temporal amplio con el fin de poder observar la dinámica de evolución de espacios y poderes, sin descuidar profundizar en periodos concretos especialmente significativos. Geográficamente se centra en los reinos del noroeste hispánico, en concreto el norte de la cuenca del Duero, la Rioja y Navarra, que presentan una continuidad político-social en estos siglos, aunque sin considerarlos un territorio cerrado, pues los poderes de esta zona se proyectan sobre otros espacios.
Partiendo de la experiencia acumulada por el equipo en la investigación sobre el poder regio, se pretende conocer como el poder se gesta en el contacto entre los poderosos en diferentes espacios, y como se desarrolla y evoluciona en competencia y simbiosis. Esta relación de poderes se va a estudiar en el espacio local, a través de las villas nuevas reales y monásticas, donde entran en contacto reyes, nobles, concejos, monasterios y obispos; en el espacio comarcal y regional, a través del estudio de merindades y tenencias, atendiendo a las relaciones que familias aristocráticas y monarcas crean en torno a ellas; en el espacio de la corte, donde la actividad de la cancillería regia y de los clérigos letrados genera documentos, cartularios u obras literarias que mediatizan la relación poder regio con los diferentes poderes del reino. Los espacios y territorios no giran solo en torno al rey y el reino, sino que la aristocracia genera importantes espacios transfronterizos, en relación o al margen de la monarquía. En cada uno de estos niveles espaciales, de estos espacios de poder, se han seleccionado ciertos lugares o comarcas significativos, cuyas fuentes resultan más expresivas, con el fin de hacer factible el trabajo en el tiempo disponible.
Junto con los poderes y los espacios, las “escrituras” forman el tercer pilar del proyecto, y ello no solo por el predominio de las fuentes escritas en la metodología del proyecto, sino porque se considera que diplomas, cartularios regios o monásticos, inventarios, crónicas, obras literarias o hagiográficas… fueron un instrumento de expresión y ejercicio del poder, de apropiación del espacio.